Celestina por los siglos, de los siglos
La lectura de La Celestina nos transporta justo en la frontera de dos grandes edades, fines de la Edad Media y principios de la modernidad, es por ello que los elementos presentes en la obra de Fernando de Rojas, condensan problemáticas tan propias de ambas épocas. Por un lado el amor vivido al estilo medieval, con las características cortesanas que nos dejan, entrever a través Melibea y con los rasgos caballerescos que expresa Calisto al idealizar a su amada, pero lo que más enriquece la obra son los matices presentes en ella, la evolución que los personajes van sobrellevando. Cómo Melibea, en lo que transcurre la obra, va abandonando su postura sobria antes las demostraciones de amor de Calisto y las interferencias de Celestina, de esta manera se comporta de acuerdo a lo que siente.
Más
allá del romanticismo que envuelve la creación de Rojas, más allá de la
tragicomedia camuflada en los elementos morales, valóricos y costumbristas de
la época, La Celestina nos permite
observar un conflicto social, en el cual claramente identificamos la clase
dominante y la clase dominada. Calisto y Melibea son dos jóvenes de alto
linaje, es decir, son parte de los más privilegiados y Sempronio, Pármeno,
Elicia, Lucrecia, Areúsa, Tristán y Sosia corresponden a los menos favorecidos.
¿Cuál es el puente entre ellos? Celestina, quien es juzgada en aquel entonces
como alcahueta, codiciosa, inescrupulosa y hechicera, pues bien ella es el
puente entre estas dos clases.
La
modernidad se acerca a pasos agigantados y con ello sus consecuencias, las
características de mercado los oficios y el trabajo individual. En el olvido va
quedando el sistema de trabajo para con la comunidad, cada quien comienza a
sobrevivir por sus propios medios. Celestina,
a propósito de todas estas implicancias del mercado, trabaja en su propio
oficio el de la alcahuetería; el que consiste
en propiciar encuentros amorosos a cambio de una paga por esta ayuda. La
sociedad veía de muy mala manera esta
actividad, ya que según la iglesia, la alcahuetería se relacionaba con la magia
negra.
Según
muchas interpretaciones, es Celestina la antagonista de la historia por
aprovecharse del sufrimiento de Calisto, no obstante, visto desde la otra
vereda, Celestina, practica un oficio como cualquier otro o incluso más importante,
porque es ella quien genera uniones y vínculos a través de la alcahuetería, es
decir, no promueve con sus acciones el individualismo,
sino una construcción de comunidad ¿Qué sería de aquellos dos amantes? Sin este
puente, sin esta tejedora de lazos amorosos. Finalmente es Celestina, el eje
integrado de la trama, porque alrededor de ella suscitan todos los
acontecimientos.
Celestina
vivía de su trabajo con el cual sustentaba sus necesidades, necesidades que los
de alto linaje por supuesto no sufrían, así lo enuncia ella: “Celestina- ¿El primero, hijo? Pocas
vírgenes has visto en esta ciudad que hayan abierto tienda y no haya sido yo la
corredora de su primer hilado .En naciendo la muchacha la hago inscribir en mi
registro. ¿Qué pensaba? ¿Habíame de mantener del viento? ¿De que como y bebo?¿De
qué visto y calzo?”
Celestina,
desde el punto de vista social, representa la mejor evolución de las relaciones
Señor y Criado y porque no decirlo plantea, la revolución de los criados. Celestina,
al ser la maestra en el oficio del cual todos despreciaban, pero que a la vez necesitaban,
terminó siendo la real víctima de la historia muriendo en manos de la misma
revolución que ella promovió. El entramado de vínculos sobrepasó a nuestra alcahueta,
que solo vivía de su herramienta la cual la vida y los tropiezos le ensañaron a
manejar a la perfección. Sus hijos (Pármeno y Sempronio) como ella los llamaba,
terminaron con su vida, estos murieron descabezados en la plaza púbica.
Murieron peleando por lo que la naturaleza no les heredó, las riquezas.
Riquezas que el pobre anhela y los Señores desperdician. Los dominantes
murieron sintiendo y lamentando no haber aprovechando lo suficientemente el
amor. Qué será de los amantes, que será de los criados. El puente cayó ya nada
unirá jamás los lazos de amor, ni de codicia, ni de lujuria ¿Quién seguirá
creando comunidad? Si la vieja alcahueta ha muerto.
La Celestina es una de las más grandes obras de la literatura española
moderna, algunos la posicionan después de Don
Quijote De la Mancha, lo cierto es que ambos no encajaban con la sociedad en la que
les toco desarrollarse. Don Quijote quiere rescatar los valores medievales, pero
choca con su realidad al enfrentarse a diario con personas que lo tachan de
loco por querer hacer el bien tal cual y al pie de la letra que los caballeros
medievales. Nuestro querido hidalgo al igual que Celestina, le hace frente a su
realidad ante toda adversidad. Celestina de distinta manera enfrenta a los
prejuicios de su entorno, porque debe comer, porque debe vestirse, no obstante
carga también con los “normales” de su realidad social.
Esta
majestuosa comedia humanista fue escrita en el 1499 y hoy, en pleno siglo XXI, año 2014, nos sigue dando enseñanzas, esto porque
es una verdadera obra de arte. Sus temáticas como amor, injusticia social,
valores, muerte y traición siguen vigentes,
tal cual en la realidad social de Celestina, la vieja hechicera y alcahueta que
tan bien sabía mantenerse de su oficio, era prostituta, luego dirigió un
prostíbulo. Qué cosa más perdurable que esta ¿Cuántas Celestinas existen hoy en
día? ¿Cuántas jóvenes mujeres se siguen
encontrando con el camino de la prostitución?
La
realidad actual no dista mucho de lo que proyecta La Celestina, muchas jóvenes se ven obligadas a recorrer este
camino, al ser parte de una sociedad excluyente y desigual. La prostitución es
la opción más rápida para salir “adelante”. Generalmente toda su vida se
dedican a esta actividad, las más experimentadas capturan a las muchachas más
vulnerables para guiarlas y así perdura este círculo, por los siglos, de los
siglos.
Hay
quienes apuntan a que la prostitución sea un trabajo legal, pero esta
problemática esconde las historias de quienes no tuvieron oportunidades reales
para crecer. Esto ocurrió y seguirá ocurriendo mientras los dominantes sigan
siendo los mismos, es decir, quienes tienen los recursos económicos, llámense
señores feudales, nobles o empresarios. Estos lamentablemente,son quienes
manejan la única herramienta que los menos favorecidos, tenemos para crecer y desarrollarnos de manera íntegra, esta
herramienta es la educación. Educación que es manejada a su antojo, que
responde únicamente los fines de crear individuos útiles, para la sociedad de
mercado en la que nos desenvolvemos, porque supuestamente no se puede tener una
sociedad llena de profesionales. Claro tenemos que tener panaderos,
agricultores, obreros, mueblistas y quien sabe hasta trabajadoras sexuales, pero
debemos tener la opción de elegir siendo absolutamente consientes del camino
que escogimos vivir. El panadero debería recibir la misma base educativa que el
doctor o el abogado, con la diferencia que el escogió ser panadero porque es lo
que le gusta, no porque tuvo que dedicarse a trabajar de panadero porque debía
llevar un plato de comida a su casa. El mismo caso de Celestina quien se dedico
a la prostitución por necesidad, no porque precisamente le gustase su trabajo.
Finalmente nunca recibió las herramienta educativas para elegir de manera
absolutamente consiente su camino.
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