Como agua para
chocolate
Laura Esquivel
Debolsillo
2005
210 páginas
Como agua para chocolate, es un libro orientado exclusivamente a entretener al lector, cumpliendo de este modo su función sin mayor dificultad. Un Best Seller, con una estructura básica, demasiado simple que lo convierte en un texto corriente, fácil de digerir y comprender. Sin embargo, se van utilizando diversos términos que particularmente aquí no son conocidos, debido a la existencia de variables diatópicas en el vocabulario. Un ejemplo que deja en evidencia esta reciente observación, serían los nombres en las recetas de cocina que la protagonista, Tita, va preparando ‘’Mole de guajolote con almendra y ajonjolí’’.
La historia es narrada sin seguir un orden temporal cronológico, la escritora utiliza diversas técnicas narrativas, siendo el racconto el primer recurso en aparecer y el flashback el más aplicado. En su primera parte, interioriza de inmediato en sus personajes, lo que provoca una sensación de carencia de misterios y descubrimientos ante los acontecimientos que se van desarrollando. Pese a que su género representa el Realismo Mágico su contenido se explicita demasiado, impidiendo un proceso de imaginación más allá de lo que se relata.
Laura Esquivel intenta seguir con el género artístico del Boom latinoamericano, tras grandes exponentes tales como Gabriel García Márquez (Nobel de Literatura en el año 1982), Mario Vargas Llosa, Jorge Luis Borges, entre otros escritores de la segunda mitad del siglo XX. Un ejemplo de esto, se observa en el primer capítulo de Como Agua Para Chocolate, en donde se menciona que “Tita fue literalmente empujada a este mundo por un torrente impresionante de lágrimas que se desbordaron sobre la mesa y el piso de la cocina’’. De esta forma se demuestra lo irreal y extraño, como algo común y cotidiano con el Realismo Mágico.
La novela envuelve un contexto social en donde la familia es autoritaria y conservadora, encabezada por Mamá Elena, una mujer rígida y autosuficiente, madre de Rosaura, Gertrudis y Tita. Sin embargo, se nota el miedo a la soledad que experimenta la madre, y por la misma razón condena a su hija menor a permanecer junto a ella, cuidándola hasta que muera.
Como es típico, el enganche siempre lo envuelve una historia de amor en la obra. Tita y Pedro están enamorados, pero es un amor prohibido y como es de esperarse lo prohíbo muchas veces se vuelve algo deseable. De esta manera, vemos a una Tita sentenciada y manipulada por su Madre, y por otro a un Pedro cobarde que no es capaz de enfrentar su sentir de la forma correcta.
A pesar del tiempo y la distancia, el amor de Tita y Pedro siempre se mantuvo cálido frente al sol. Sin embargo, llegan a un momento en que su deseo estalla y se derrite, disolviéndolo todo. Los personajes terminan muriéndose cuando por fin podían estar juntos, consumiéndose en el fuego como palitos de fósforos… ni las lágrimas de chocolate alcanzan a apagar las llamas. Tanto se desea su unión, que el desenlace se vuelve desilusionante, casi como una copia barata de aquellos finales trágicos de las obras más populares, existentes en la historia de la literatura.
Se comprende en la historia que Tita, el personaje principal de esta novela, es un ser sumiso que está condenada a las tradiciones familiares de su época. Sin embargo, a mi parecer, se convierte en el sujeto que más inspira libertad. Mientras más se oprimen sus deseos, mayor es su necesidad por encontrar aquella libertad espiritual que tanto se le niega. Entonces, obtenerla se vuelve su objetivo primordial, una lucha constante por desbordar todas aquellas represiones que han sido contenidas, provocando tarde o temprano la llegada de un tsunami interior.
Sin embargo, se puede destacar una cierta originalidad en el libro, cuando la historia se complementa con la cocina. En la novela encontramos en su mayoría sucesos de esta índole, esa relación estrecha que posee con la comida: ´´Tita apretaba las rosas con tal fuerza contra su pecho que, cuando llegó a la cocina, las rosas, que en un principio eran de color rosado, ya se habían vuelto rojas por la sangre de las manos y el pecho de Tita. De pronto escuchó claramente la voz de Nacha’’, dictándole al oído una receta prehispánica donde se utilizaban pétalos de rosa. La protagonista deja una evidencia al registrar en su diario de vida el modo de preparación de cada una de sus recetas, declarando a su vez todos aquellos acontecimientos que le fueron sucediendo con cada una de ellas.
Como agua para chocolate tiene una narrativa que se explaya y que contrasta en sus personajes las diversas temáticas que en la novela se desatan, ya que cada uno de ellos tiene algo por resolver. Entonces, ese motivo que mueve a los personajes es el que finalmente transforma el libro en un texto que entretiene y que recrea al lector.
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